Viajando por Guadalajara me paré en Sigüenza, una ciudad bellísima donde todavia rezuma ese aire antigüo, medieval. No podía faltar a la cita con la catedral. Observando su arquitectura observé la cantidad de impactos que tenía su torre sur. Indagando un poco supe que:
Desde principios de agosto de 1396, el séptimo día, comenzaron los combates en Sigüenza, aunque en julio ya hubo varios asesinados por ambos bandos para calentar el ambiente.
De todos los hechos que acontecieron en la ciudad el mas destacado fue el producido en su catedral. Unos 800 republicanos se hicieron fuertes entre sus muros y en especial en su torre sur y campanario para resistir el embate de los sublevados en tanto esperaban tropas de refuerzo. Tropas que jamás llegaron.
La tragedia se cebó con la ciudad que quedó brutalmente mermada, incluidos edificios singulares donde perdieron la vida más de 500 personas en su mayoría personal civil. El mismo día los sublevados realizan un ataque que termina en fracaso. Los milicianos cargan contra clérigos y profanan varias iglesias.
A primero de septiembre la ciudad es bombardeada por la artillería por primera vez, esto seguirá ocurriendo hasta la caída de la ciudad en manos de los sublevados.
La aviación alemana bombardea también, oleada tras oleada, la ciudad, destruyendo el hospital y el hospicio del obispado. En ellos murieron todos los niños internos y las hermanas encargadas de sus cuidados
En octubre los milicianos y refugiados civiles se encierran en la catedral y la artillería dispara sobre ella desde cuatro lugares diferentes provocando importantes daños en el monumento. Días más tarde se reanuda el fuego artillero y el jueves 15 los milicianos sitiados se rinden, unos 738 de los que aproximadamente 500 eran combatientes.
En enero de este mismo año apareció sin detonar uno de estos proyectiles en una vivienda de la localidad.
